En 1967 se libró una batalla de casi 6 días donde Israel peleo contra Egipto, Jordania y Siria. Esto conllevo un gran cambio en el Medio Oriente, también fueron suficientes para enterrar en la arena del Sinaí el proyecto del nacionalismo árabe auspiciado por el entonces presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, con un reequilibrio de fuerzas en la región que se decantó hacia las monarquías del Golfo. La Guerra de los Seis Días, la más corta en la historia de Israel, es, de hecho, la más larga. Medio siglo después, ella sigue siendo objeto de encendidos debates como si el tiempo no hubiera pasado.
Además de Jerusalén, Israel logró en la Guerra de los Seis Días el dominio de todo el territorio del antiguo mandato británico de Palestina. Israel ejerce control sobre áreas donde ahora viven millones de palestinos y dado que no incorporó oficialmente a Gaza y Cisjordania a su territorio se creó un limbo.