Es de común conocimiento que el chileno suele endeudarse, es parte de su naturaleza casi al mismo nivel que comer pan. El Estado no es la diferencia, ya que pareciera que esa es la única forma que conocen los gobiernos de llevar a cabo todos sus proyectos. A través de los informes publicados en página de la Dipres se pudo conocer más respecto al tema.
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En algún momento tras el estallido social y sobretodo después del inicio de la pandemia se habló mucho sobre una inevitable crisis económica. El retiro de cierto porcentaje de las AFP y la gran cantidad de ayuda que ha otorgado el Estado a lo largo de este periodo parece haber hecho olvidar a la gente sobre ese miedo. Las cifras de endeudamiento pasan desapercibidas ante el ojo común.
El problema que podría generar este crecimiento exponencial es desconocer la forma con la que el estado recuperará lo que ha perdido. El Estado no está sabiendo ahorrar y esto podría afectar en las demandas sociales que requieren que se hagan inversiones, como lo son la educación gratuita o las mejoras que necesita el área de la salud.
Sobre todo en el contexto de revuelta social, es necesario que estos detalles no nos pasen desapercibidos por el ciudadano y que apele a que el gobierno de turno gastará los fondos en cosas que realmente beneficien a la mayoría de la población y responda a las demandas ciudadanas.