Uno de los destinos turísticos más visitados de Chile, Pucón, lleva años lidiando con un problema que ha afectado de a poco al ambiente de la ciudad. La construcción inmobiliaria descontrolada, producida por la alta demanda de segundas viviendas, ha deteriorado la calidad del agua en el lago Villarrica, y a su vez destruido humedales, ecosistemas imprescindibles para la vida animal y vegetal de la zona.
Por ejemplo, las irregularidades en la edificación de 977 de estas viviendas, como la falta de conexión al alcantarillado o de pozos sépticos certificados, certificado por la Contraloría General de la República y consignado por CIPER Chile, conllevan no solo riesgos medioambientales, sino también sanitarios.
Desde 2013, el lago Villarrica se ha mantenido en constante monitoreo por parte del Ministerio del Medio Ambiente por la saturación de contaminantes en sus aguas. La destrucción de los humedales del sector La Poza y el vertimiento y filtración de aguas servidas han contribuido en gran cantidad a la polución, como se indica en el reportaje de CHV Noticias.
A pesar de la oposición de tanto los habitantes como de las autoridades municipales, estas obras han continuado con aprobación del gobierno regional y el Estado. Las municipalidades no tienen atribuciones para derogar permisos otorgados por entidades regionales o ministeriales. Así, las comunidades se encuentran desprotegidas frente a proyectos que afectan su calidad de vida y a decisiones que solo velan por el enriquecimiento y privilegios de unos pocos.