Los estereotipos con los que vivimos diariamente y roles que, eventualmente se le han asignado al hombre y a la mujer han creado un patrón en Latinoamérica donde la mujer se ve sometida al machismo y a la vulneración de sus derechos. Es aquí donde entra en juego la violencia contra la mujer, la cual se ha convertido en una lucha constante a través de movimientos revolucionarios e instituciones creadas para el aumento del liderazgo y participación femenina en la sociedad. ONU MUJERES es un ejemplo que visibiliza los tipos de violencia contra la mujer con la intención de evitar que sigan aumentando estas estadísticas.
El feminicidio es un tipo de violencia contra la mujer, y según ONU MUJERES se «refiere al asesinato de una mujer por el hecho de serlo, el final de un continuum de violencia y la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal». En 2018, según el informe de feminicidio del Observatorio de Género de América Latina y el Caribe, muestra que El Salvador posee una tasa de 6.8 asesinatos de mujeres por cada 100.000 de estas, Honduras de 5.1, Bolivia de 2.3, Guatemala de 2.0 y República Dominicana posee 1.9 lo que hace que sean los países con mayores tasas de feminicidios en América Latina.
Camila Arias y Lucas Brintrup