Por Krishna Hernández y Javiera Solís
La industria textil es la actividad económica dedicada a la manufactura de hilos, fibras, telas y otros materiales para obtener productos derivados como la ropa. Esta industria abarca entonces la confección de prendas, calzados, entre otras piezas que utilizan las personas para vestirse. Esta, frente a otros sectores, destaca por la gran cantidad de mano de obra que emplea a lo largo de todo el mundo, además, al necesitar maquinaria liviana, puede instalarse en cualquier lugar del globo donde pueda aprovechar el menor costo por hora hombre de trabajo. Esto último es motivo de preocupación por ciertos analistas que consideran que las grandes empresas textiles pueden explotar, pagando salarios bajos, a trabajadores en países en vías de desarrollo.
Actualmente hay un concepto bastante popular en la industria, se llama el «fast fashion» o moda desechable, se trata de recrear las tendencias de la temporada lo mas rápido posible a un precio relativamente económico, pero la realidad es que esta continua acumulación de prendas baratas, solo es posible debido a una constante reducción de los costes de producción, lo que implica graves consecuencias para nuestra salud, nuestro planeta y para las vidas de quienes las producen. El impacto de la industria textil es tan alto que produce grandes niveles de contaminación medioambiental en todo su proceso de creación productiva. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), provoca el 10% de las emisiones de carbono en el mundo y el 20% de las aguas residuales.
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