La industria de la «moda rápida» y la exportación de ropa americana significan un daño perjudicial para el ecosistema chileno.
El establecimiento de economías neoliberales desencadenó una producción de prendas masiva alrededor del mundo. Este imperio adoptó una variedad de formas, y entre ellas se encuentra la fast-fashion (moda rápida).
Su instalación se consiguió a través de la venta de prendas a un bajo costo, pero con una calidad pobre que vuelve a los objetos inútiles después de un tiempo. Esto a su vez significa una mayor cantidad de prendas descartadas, ya sea como ropa americana o basura.
Chile es el destino por excelencia de los fardos internacionales de ropa de segunda mano. La región de Tarapacá los recibe y prepara para su distribución por Latinoamérica y el país. Lo que no se selecciona para consumo, se arroja en mini basurales clandestinos en el desierto de Atacama. Finalmente los restos se mezclan con componentes tóxicos que afectan al medio ambiente de las poblaciones cercanas. Además, producen contaminación atmosférica por el alto nivel de dióxido de carbono liberado en la quema de ropajes.
Fast Fashion – Made with Moovly
Una solución alternativa a este problema podría encontrarse en la economía local. Por ejemplo, si el mercado se centra en la compra y venta de ropa usada interna, ya no tendríamos desperdicios de fuera. Lo que permitiría reducir los factores contaminantes y dar una nueva vida útil a la ropa del territorio.
Otra opción viable es usar las redes sociales para crear tiendas virtuales, a modo de espacios de oferta para los productos sin uso. También se recomienda realizar trueques por artículos o simplemente regalarlos.
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