Por: Amanda Muñoz, Celeyn Moya y Scarlett Valeria
El consumo de pornografía y contenido erótico es un tema delicado, controversial y fuertemente criticado desde la postura feminista, pues pese al constante bombardeo de información y busca de consciencia en quienes fomentan este mercado, se evidencia la falta de autocrítica. Desde la bioética, los especialistas dicen que, estar al tanto de lo que ocurre dentro de la industria pornográfica y aún así ser partícipe (directa o indirectamente) es un acto morboso e incluso inmoral, contrarrestando la lucha de abolición contra el interés sexual personal. Hay que reconocer que con el tiempo se ha logrado generar un cambio en el pensamiento de quienes acostumbraban a visitar sitios pornográficos, pero el contexto de encierro en el que estamos ha traído consigo un incremento en la producción y consumo de este material.
En 2017, PornHub, uno de los sitios de contenido erótico audiovisual más reconocidos, posicionaba a Chile en el lugar numero 38 de los países que más accedían a la página web, pero durante el período de confinamiento producto de la crisis sanitaria del 2020, el tráfico mundial de PornHub se disparó en comparación con la situación anterior a la pandemia, con un incremento del 24,4%, ocurrido el 25 de marzo, tras ofrecer acceso gratuito a su versión “premium” para fomentar la importancia de permanecer en casa y practicar el distanciamiento social, así explica el cirujano urólogo especialista en medicina sexual Francois Peinado en su foro doctorpeinado.com. Según The New York Times, PornHub se vio en la obligación de eliminar dos tercios de su contenido pornográfico que incluía menores de edad. Esto debido a la presión y el trasfondo de cada vídeo, pues entre ellos se encontraban torturas, violaciones y abusos.
¿Cómo está relacionada la alta demanda de contenido junto a el aumento de quienes están dispuestos a generarlo? Son los factores como el encierro, el ocio o problemas sexuales los que han derivado a esta alza de visualización y creación de contenido +18 en nuestro país, un tópico que parece invisibilizado y poco hablado, convirtiéndose en una práctica recurrente entre jóvenes y adultos de Chile. Estos conceptos se relacionan de manera directamente proporcional, pues a mayor demanda, mayor producción habrá. Así lo evidencia Google Trends en las búsquedas de pornografía en Chile, mostrando un aumento significante entre términos de 2019 y abril de 2020, que fue el inicio de la pandemia. Desde ahí hasta el 19 de diciembre con la última actualización, se mantuvo en el tiempo el interés por este tema.
El erotismo como gancho para la pornografía
No se trata únicamente de páginas pornográficas dedicadas a circular vídeos (Pornhub, Xvideos, Xnxx, RedTube, etc), sino también de plataformas que antes de la crisis sanitaria eran utilizadas para vender obras de arte, productos personales que se consideraban dignos de un pago.
Este es el caso de OnlyFans, página creada en 2016 por Tim Stokely. Según los datos de Maggie Tillman, colaboradora de Pocket-Lint (2020), “se reveló que OnlyFans había estado viendo alrededor de 200,000 nuevos usuarios cada 24 horas y de 6,000 a 8,000 nuevos creadores que se unían cada día”. Esto demuestra que la plataforma se viralizó a través de redes sociales.
Las únicas condiciones que coloca esta web para vender cualquier tipo de contenido es ser mayor de edad y contar con una cédula de identidad para corroborar si los datos son reales, además de una cuenta bancaria para realizar depósitos o realizar transferencias.
De esta forma, la página se asegura de no estar trabajando con menores edad, evitando problemas legales y asegurando a sus compradores que todo usuario estará libre de posibles inconvenientes.
Los usuarios de OnlyFans pueden suscribirse a los canales de su interés y ser premiados con imágenes o vídeos exclusivos, asegurándose la fidelidad monetaria y la satisfacción del cliente. Los creadores de contenido tienen la presión de subir al menos una publicación semanal imágenes o vídeos a su canal, o de lo contrario, se les hace un reembolso del dinero en subscripción a quienes invierten en ellos.
En cuanto al contenido erótico que allí circula, las imágenes pueden variar desde contenido denominado «soft»: imágenes provocativas semi-desnudas, o bien, directamente explícitas: desnudos o actos sexuales. Dependiendo del gusto del comprador, podrá encontrar diversos usuarios, como mujeres y hombres de cualquier orientación sexual.
La nueva práctica del erotismo consensuado
Tras todo lo que conlleva la venta de contenido erótico como necesidad económica, también están quienes lo practican por gusto y entretención, como hacen los participantes del Festival de Arte Erótico (FAE). Este festival es una plataforma desarrollada presencialmente en Santiago desde el año 2014, con participantes como María Lagreca y Ninoska Benavides. Este espacio consiste en una performance erótica que promueve el consentimiento sexual y el apoyo a las/los trabajadores sexuales, con el fin de terminar con el estereotipo violento y machista de la pornografía «común» y hetero normalizada. En este espectáculo se encuentran shows de drag queens, bdsm, además de venta de objetos para términos sexuales, promoviendo el sexo libre, seguro, consentido y de que la participación de este espacio sea exclusivamente para mayores de dieciocho años.
En términos de cuarentena, esta comunidad rotó a plataformas virtuales, como lo es Zoom, para realizar estas fiestas con temática erótica desde la casa. Para ingresar se te piden tus datos y ser mayor de dieciocho años, además de cubrir tu rostro sí lo deseas para mantener tu identidad incógnita, promoviendo, además, el espacio seguro en contra de la filtración de imágenes sexuales.
El eterno debate de las trabajadoras sexuales/prostitutas es un tema delicado que se relaciona directamente con las redes. Pero, ¿Qué cualidades comparten las personas que crean este tipo de contenido? ¿Son mayores de edad? ¿Estudiantes? ¿Personas de bajos recursos? ¿Aspirantes pornográficos? El siguiente extracto sonoro cuenta la experiencia directa de algunos creadores de contenido en la plataforma OnlyFans.
la difusión de pornografía en redes sociales
La siguiente línea de tiempo muestra cómo se distribuye la pornografía en redes sociales, reflejando el año en que se creó cada plataforma, por ejemplo comenzando con «Suicide Girls», página de contenido erótico que se viralizó en Chile, siendo de las primeras páginas de este tipo de sesiones de fotos tanto «soft» como explícitas en el territorio chileno.
cómo se distribuye la pornografía en redes sociales
Lo cierto es que incluso fuera de páginas «seguras» se puede encontrar la venta de este contenido, a través de vías informales Whatsapp, Instagram y Facebook). Quienes no pueden o prefieren no crearse cuentas dedicadas a esto prefieren la venta de contenido pornográfico la cual es fácilmente observable en chat o historiales de estas redes sociales.
Las mujeres en el rubro
La coordinadora de Inclusión y Género de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Carla Rojas, explica por qué las mujeres eligen este camino y no otros. “El contexto económico en el que las mujeres siempre han sido precarizadas y cuentan con nulas posibilidades de ingreso al mercado o protección. (…) Si es que no existiera la transacción económica podríamos hablar de apropiación y empoderamiento a través de la erotización y sexualidad de la mujer, pero en situaciones de crisis es un poco cuestionable, porque en el fondo hay un sistema que está reproduciendo la precarización de las mujeres”. (La Tercera, 2020).
Existen comunidades que respaldan el trabajo de estas mujeres, justificando (entre otras razones) que es decisión de cada una lo que hará con una misma. Por otro lado, las mismas mujeres de pensamiento radical creen que esto no es empoderamiento, sino más material para el patriarcado, haciendo ver a la mujer como un objeto de deseo.
¿Qué dicen los profesionales de la salud?
La pornografía desde la psicología se puede situar en el marco de la normalidad, siempre y cuando el individuo que consume dicho contenido no caiga en la adicción. Se habla de adicción cuando el sujeto pierde su autonomía y funcionalidad, teniendo problemas individuales y con su mundo de relaciones. Karina Ascencio, psicóloga del Centro de Salud Mental “Amulen”, se refiere al tema diciendo que, “la pornografía puede ser tomada como un pasatiempo o estimulante normal siempre y cuando nos fijemos en el uso que le damos”.
Por otro lado, Bárbara Domínguez, presidenta de la organización “Sexdúcate”, dice que, “la pornografía es simplemente un recurso de recreación, y el problema podría ser cuando creemos que es real”. Es por esto, que hay que tener una conciencia respecto a la pornografía, prefiriendo el tipo posmoderno que no incluye violencia o simplemente usarlo como estimulante pero sin caer en la adicción. Por otro lado, Christian Tabilo, creador de contenido en la plataforma OnlyFans, dijo que, “hay que aceptar que ambos (pornografía y prostitución) son trabajos”. Este contraste evidencia la diferencia de pensamientos y proyección que tiene un trabajador de tales plataformas y experto en el tema.
¿Es sólo un prejuicio que las personas que trabajan con su cuerpo necesitan ayuda psicológica? Es necesario reflexionar sobre el contexto socio cultural que rodea a las y los trabajadores, ya sea que lo hagan por diversión y tengan buen nivel socio económico, o que al contrario, lo hagan por necesidad. Es un cuestionamiento hacia su entorno y contexto, y no a la persona.
El consumo y producción de pornografía ha tenido un cambio significativo en los últimos años, producto de la pandemia, los creadores de contenido erótico son los nuevos líderes de la pornografía. Cuesta concientizar a su público de que debe cuestionar su validación y normalización sobre las diferentes realidades que hay detrás de una pantalla, el proceso que inculcó la pandemia complica el panorama. La pornografía podría ser normalizada si se educa a la comunidad y cada uno se autorregula, evitando la obsesión y dependencia de este tópico.
Plataformas formales como OnlyFans darán la oportunidad de crecer aún más al nuevo porno, dando la opción a sus creadores de seleccionar mediante el tipo de material subido, qué grupo de personas estarán interesados en verlo, debido a que estos deciden qué producen, cómo lo producen y quienes tienen acceso a este, excluyendo la tergiversación del contenido ya que existe filtro.