Una pandemia que ha estado afectando a más del 7.8% de la población mundial. Se ha manifestado con distintos nombres, cada uno tan peligroso como el otro, y más contagioso que cualquier virus epidemiológico. Así de comunes se han vuelto los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que no sólo han afectado a nivel mental y físico a jóvenes y adolescentes permanentemente. Sin embargo, al obtenerse datos sobre su incidencia, tasas de aumento, síntomas severos y leves, se ha vuelto también mucho más fácil de detectar, prevenir y tratar para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen un TCA.
Hoy en día, datos como el aumento en la tasa de mejoras permanentes en los pacientes mayores son esperanzadores, y todo se debe al arduo estudio de profesionales de varias áreas de la salud que se han esforzado durante años para mejorar esta situación. Sin embargo, es alarmante el aumento de casos en infantes. Por esto, investigadores seguirán esforzándose por revertir el daño que ha generado la cultura de la dieta en nuestra sociedad.
Por Francisca Guerrero Andler