Por Juan Tapia y Luis González
Imagínate que seleccionas una jugosa manzana, pero en lugar de darle un buen mordisco a la fruta, te quedas con las semillas y tiras el resto a la basura. Eso es lo que los productores de chocolate han hecho tradicionalmente con el cacao: usar el grano y desechar lo demás.
En Suiza, algunos de los grandes productores -incluyendo Lindt– están empezando a usar el fruto, al igual que las semillas pero, hasta ahora, ninguno ha tomado el paso de eliminar el azúcar por completo.