Por: Sebastián Valenzuela, Marcelo Navarrete y Derek Angúlo.
La realidad de las familias más vulnerables de Chile se ven enmarcadas en una lucha continua por una vivienda digna y propia.
Los campamentos en Latinoamérica son una realidad presente desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. Como país, no estamos ajenos a esta realidad, ya que desde 1970, con las primeras mediciones se visualizó esta problemática fomentada por las migraciones de campo- ciudad, siendo propiciadas por el desarrollo económico, político y social. Durante el retorno a la democracia y el crecimiento económico del país, la formación de campamentos llega a su pick histórico.
En la región de Los Ríos estas mediciones no se logran, ya que política y administrativamente no existían debido a su antigua anexión con Los Lagos. Durante la década de los 90, según datos del departamento de desarrollo social de la actual Región, existen 13 campamentos los cuales se distribuyen en su mayoría por la ciudad de Valdivia, teniendo una distribución espacial entre los sectores limítrofes y las riveras del río local.
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Dentro de este contexto, del 100% de los terrenos ocupados, el 82% son de carácter públicos, distribuidos entre municipales, SERVIU y Bienes Nacionales. Dejando al sector privado con alrededor de 19%. De los terrenos tomados –según la ley de uso de suelo- alrededor de un 50% se encuentra habitable, manteniendo a la otra mitad no apta para la construcción habitacional, principalmente por la innegable probabilidad de cambios climáticos y geográficos propios de la región, siendo un ejemplo los humedales y riveras.
En lo que respecta a la composición demográfica de los campamentos, la mayor cantidad de población ronda entre los 0 y 30 años de edad, en contraposición al adulto mayor que presenta los niveles más bajos. Dentro de la composición familiar encontramos mayoritariamente grupos biparentales con hijos, monoparentales y grupos no familiares viviendo en un mismo lugar. En el caso de los grupos monoparentales, el 87% responde al género femenino.
Uno de los 13 campamentos existentes actualmente, y el que ha registrado mayor notoriedad debido a su lucha por una vivienda social digna es el campamento Fuerzas Unidas.
Fuerzas Unidas y su lucha por una solución habitacional
Nace durante el 2009. Aledaño al campamento Girasoles y localizado en el sector Corvi de la ciudad de Valdivia. Dentro de su historia y construcción, se encuentra una organización básica que se organiza a partir de comités. Pero para comprender el contexto en el cual se encuentra el campamento, hay que entender primero una de las principales razones de su creación, la búsqueda de un lugar digno en donde vivir.
La “Señora Marta”, dirigente del comité Girasoles, habla sobre la dificultad de vivir en un campamento:
La toma de terrenos por parte de los pobladores se puede entender como una medida para acelerar el proceso de obtención de una vivienda, ya que muchas veces, debido a factores como bajos recursos económicos, es imposible obtenerlas. Es ahí donde surge esta problemática de tomas y la creación de campamentos como exigencia. Además (recordando los parámetros para postular a una casa) estar en un campamento facilita la entrada a un comité para poder después lograr conseguir la anhelada vivienda propia.
Pero este periodo es largo y tiene su trasfondo en la comunidad del campamento, en pocas palabras, las relaciones humanas que se dan dentro de este. Dentro de los datos recabados el problema de tráfico de drogas, delincuencia y violencia intrafamiliar, son los prioritarios a solucionar dentro del campamento. Como también la verificación y catastro durante el recambio entre las personas que se van a las casas entregadas por el SERVIU y las nuevas familias que llegan a instalarse al campamento.
A su vez los pobladores desconfían del actuar de los representantes públicos, sienten que son utilizados para sus propios intereses, para promocionar alguna candidatura o para figurar en la foto, pero no están preocupados realmente de dar soluciones. «Todos los inviernos el canal se desborda por la falta de mantención (..) Se debe mejorar la forma de recolección de la basura ya que se acumula toda en la entrada y gente de otros sitios viene a dejar más, incluso en camionetas.» Comenta la Señora Marta.
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Monver, Avidel y la espera por la dignidad prometida
Pero aparte de los problemas que enfrentan la comunidad dentro del campamento, se suma además, la paralización hace 6 meses de las obras debido al quiebre de la empresa encargada de la construcción (Monver Ltda), dejando a las familias en la incertidumbre de no poder obtener sus viviendas en los plazos comprometidos.
Durante este periodo y debido al cese en la construcción de las viviendas, el SERVIU toma cartas en el asunto, une el antiguo contrato de la empresa en quiebra junto con el contrato municipal y traspasa los derechos de la primera y segunda etapa a la empresa Avidel Ltda. Asumiendo la totalidad de las obras, para así finiquitar el proyecto a finales del próximo año. Pese a todo esto y aunque la construcción no este paralizada, las familias esperan que rápidamente las casas puedan ser habitadas y así no pasar otro año de invierno en el campamento ocupado.
Silvia Poblete, presidenta del Comité de Vivienda Fuerzas Unidas, comentó para Radio Biobío el retraso en las obras y la imposibilidad de habitar las casas asignadas a cada familia.
En la actualidad, un 45 por ciento de avance registran las obras del complejo habitacional del comité de vivienda Fuerzas Unidas, proyecto que considera la construcción de 67 casas, con una inversión que supera las 44.463,31 Unidades de Fomento, las que son financiadas a través del Fondo Social del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).
Siguiendo esa línea, las políticas actuales de este ministerio se han ido manejado en conjunto con privados, quienes presentan y desarrollan proyectos habitacionales que muchas veces van enfocados a sectores vulnerables y medios. Para este 2016, se invirtieron $2.600 millones de dólares distribuidos en 14 regiones, teniendo un claro énfasis en la Región de Atacama debido a su porcentaje de campamentos y al potente remezón sufrido a raíz del aluvión de marzo de 2015. Inicialmente se consideraban 35 mil viviendas, pero dada la contingencia fueron aumentadas en 52 mil viviendas. Este aumento de construcción de casas beneficiará directamente a 17 mil familias, que verán cumplido un anhelo y por qué no decirlo, un sueño de vida.