¿El amor es más fuerte?

La célebre frase dicha por Juan Pablo II el 1987, mientras cerraba su visita al país, marcó una memoria popular descontenta e indignada, que más que alabar al Cristo en el lienzo, reclamaba por un contexto ajeno en la propia nación, rendido por obligación y cada vez más alejado de la fe.

Desde entonces la cifra de chilenos que se consideran católicos ha disminuido considerablemente y más aún en ciertos hitos desfavorables de la Iglesia Católica, como el caso del “cura Tato” el 2003, el caso “Karadima” el 2010 y la actual crisis eclesiástica que se incrementó con la visita del Papa Francisco y que obedece al cambio social chileno.