Desaparecidos, bloqueos de rutas y traslados de familias son algunos de los sucesos que siguieron al intenso aluvión que el 16 de diciembre del 2017 destrozó la pequeña villa de Santa Lucía.
El aluvión estaba compuesto de rocas, grietas, hielo, barro y fragmentos de roca.
La villa, ubicada a 75 kilómetros al sur de Chaitén, en la Región de Los Lagos, era una localidad pequeña y desconocida para muchos chilenos, hasta que un sábado, a las 9 de la mañana, un aluvión generado por las grandes precipitaciones, azotó la villa, destrozándola casi por completo. La catástrofe dejó a 22 personas fallecidas y a un desaparecido, además de las numerosas familias que quedaron sin hogar producto de los destrozos.