Los eslabones de una revolución que llego para quedarse

No importa si no tienes televisor o vives en un pueblo donde el vecino más cercano está a 10 kilómetros; es cosa de tomar el diario guardado en el baño y ver como día a día en la calle de cualquier parte de Chile, las mujeres se congregan para luchar por la desconstrucción de una sociedad  que ha estado acostumbrada a marcados sesgos patriarcales.

Sin embargo, esto no es nuevo, no viene desde hace un par de años, tampoco las décadas ayudan a ubicar la linea temporal del alzamiento de la voz femenina. La lucha feminista, se ha manifestado como un movimiento trascendental que sin importar el siglo ha ido pujando para llegar hasta acá, hasta el gatillante de una revolución que aun le queda mucho por mostrar, gritar y pelear.

Desde 1883 las mujeres en Chile comenzaron a articularse, creando organizaciones, tales como el Sindicato de Costureras (1889)  y exigiendo derechos antes no reconocidos. En Chile, la primera gran lucha fue por el voto, la que se concretó en 1934 con el voto municipal y en 1952 con el voto presidencial. En adelante, cada vez aumentó la articulación femenina, en organizaciones, derechos sexuales, vestimenta, entre otros. Hasta que, con la llegada de la dictadura, muchos de estos derechos se vieron opacados, sin embargo, la articulación se acentuó en busca de justicia y respeto a los Derechos humanos. Con el retorno a la democracia, las mujeres han tomado más protagonismo, avanzando en un proceso de empoderamiento y organización, que esta década se ha acentuado considerablemente.