En Chile, el Hogar de Cristo y la Red de Trabajo con Personas en Situación de Calle han definido como persona situación de calle a “todo individuo que se encuentre en una situación de exclusión social y extrema indigencia,específicamente se refiere a la carencia de hogar y residencia, y a la vez, la presencia de una ruptura de los vínculos con personas significativas (familia, amigos) y con redes de apoyo”. Lo anterior no alude únicamente a la carencia de bienes materiales para guarecerse estar “sin techo” o “sin casa”, sino que implica una noción más amplia, cercana a la idea de “ausencia de hogar” y a procesos de exclusión y desvinculación social.
Para el Ministerio de Desarrollo Social la definición operativa y oficial de personas en situación de calle es:
› Personas que pernoctan en lugares públicos o privados, sin contar con una infraestructura que pueda
ser caracterizada como vivienda, aunque esta sea precaria. Esto excluye a las familias y personas
que viven en campamentos.
› Personas que por carecer de un alojamiento fijo, regular y adecuado para pasar la noche, encuentran residencia nocturna pagando o no por este servicio en lugares dirigidos por entidades públicas,
privadas o particulares, que brindan albergue temporal.
Pertenecen a este grupo quienes alojan en residencias y hospederías, solidarias o comerciales.
Como se observa, la situación de calle no es solo una situación de pobreza material, sino por sobre todo
un problema de exclusión social. Quienes viven en ella se encuentran expuestos a un deterioro acelerado que
impacta tanto a los individuos como a sus comunidades.
En la Región de Los Ríos se estima que unos 332 habitantes se encuentra en situación de calle o indigencia, los cuales un 85% son hombres y solo un 15% mujeres. De un total del 100% se estima que 22,7% son menores de 18 años, un 3,8% tiene entre 18 y 24 años, un 49,2% poseen entre 25 y 59 años, mientras que un 23,5% son mayores a los 60 años. De los indigentes de la ciudad un 34,1% afirma que durante las noches duermen en la vía pública o otro lugares precarios, mientras 65,9% lo hace en centro y albergues.
El Hogar de Cristo de la ciudad de Valdivia, está ubicado en Calle René Schneider #229 y alberga cada noche a unas 80 personas.
Entrevista: Claudia Ruiz Silva, Jefa social Hogar de Cristo Valdivia
En una visita acotada en tiempo, Claudia Ruiz, Trabajadora social y jefa de la área del mismo nombre del hogar de Cristo Valdivia, nos recibe en el recinto, el cual cuenta con las instalaciones básicas para albergar a personas en situación de calle.
¿Qué función(es) cumplen en ayuda de los indigentes de la ciudad?
Como pueden apreciar, contamos con amplios comedores, duchas. Calefacción y camas. Los elementos principales para que aquellas personas que no poseen un lugar digno para poder pernoctar, lo puedan hacer en nuestra hospedería. Pero más importante aún, en este lugar las personas en situación de calle encuentran palabras de apoyo y compañía, atención grata por parte de nuestros funcionarios, para dignificar al menos una parte o instante de sus vidas.
¿Cómo financian aquello?
Principalmente gracias a las donaciones mensuales de nuestros socios, colectas a nivel local, y también gracias a la campaña anual que se lleva a cabo a nivel central desde Santiago, gracias a la colaboración de Televisión Nacional de Chile.
¿Cuántas personas llegan aproximadamente durante las noches?
Bueno, son cerca de 60 personas que pasan la noche regularmente en nuestra hospedería, pero sin embargo, durante los meses de invierno, este número aumenta al tope de nuestra capacidad, que son 80 camas, esto por las razones obvias que conlleva esta estación del año. Incluso lamentablemente en algunas ocasiones hemos superado el límite, pero aun así los hacemos ingresar y los acomodamos en la medida de las posibilidades.
En caso de fallecimiento, ¿entregan algún apoyo?
Así es, otorgamos la urna, mientras que los trámites fúnebres, ya sean estos, los certificados de defunción, y cementerio. Dentro de la medida de las posibilidades también intentamos tomar contacto con familiares.
El comedor San Francisco ubicado al interior de la misma iglesia alimenta día a día a unas 30 personas.
Entrevista: Gustavo ´´tavito´´ Mardones
20:00 horas, comedor solidario Iglesia San Francisco. Cerca de 10 personas en situación de calle ingresan hacia el recinto para recibir un tazón de té y un pan con cecina, entre ellos el tavito Mardones, un hombre de entre 65 y 70 años, vestido con un viejo terno azul y un sombrero de otrora época, de aquellos tiempos en que Gustavo tenía casa, familia y un buen empleo, según lo que relata. Al principio, el tavito nos recibe un tanto tímido, esquivo, pero tras sentarnos a su lado para compartir aquella once y tras un par de chistes, se relaja y comienza a contar como sus días como padre de familia y sostén de un hogar fueron quedando en el pasado.
Gustavo Mardones era profesor en un colegio de la ciudad de Los Ángeles, vivía, según nos índica en un buen barrio. Poseía una vida aparentemente normal, pero también tenía una amiga con la cual comenzó a compartir más que con su familia y lo alejó de su trabajo: la botella de vino. Fue tanta su afición por aquella bebida que comenzó a perder la noción de los días y la hora, fue despedido y su familia se mudó de casa. Al verse solo, arruinado y sin empleo, tavito enfiló su vida hacia la ruta 5 sur y tras vagar por varios poblados aledaños a esta, un día de invierno llegó a Valdivia. ´´Me gustó el rio y la plaza así que me quedé y no pienso irme hasta que me entierren.´´ Al ser consultado por su familia, tavito indicó que ´´no tengo hermanos y mis papas están enterrados y mi otra familia me dejó botado.´´ Gustavo comenzó a inquietarse y tras beber rápidamente los últimos sorbos de té, se puso de pie y se despidió con un ´´chao.´´