Empieza el fin de semana, la gran parte de las personas deja de trabajar, salen de su rutina, el arduo trabajo, el estrés. a quedado atrás y bajo el manto oscuro de las noches valdivianas, empieza un nuevo movimiento. Gente buscando diversión en las calles, se acercan a los bares para beber una copa o tal vez bailar.
Hay en medio de las luces y la bohemia noche valdiviana, entre los rápidos golpes a la batería, el frenético sonido de la guitarra. Se deja ver la escena musical punk y en ella los viejos trashers con sus chaquetas y sus largas cabelleras, junto a los skinhead y sus tatuajes , coreando las canciones que acompañaron su adolescencia
No es extraño ver a los viejos punkis tomarse las afueras del bar El Torreón en Chacabuco o verlos desfilar por barrios bajos en dirección al CAF en Miraflores de la Universidad Austral , pues ya sea todos los fines de semana o cada ves que exista la posibilidad de una tocata hay estarán presentes, pues el gusto por la cerveza o el buen rock and roll es algo que ellos consideran fundamental.
por cesar peña y Cristobal collilef