Pocas personas pueden mantener una postura neutral frente a la actual crisis migratoria que tiene como escenario el norte de nuestro país. Familias y menores de edad desamparados recorriendo las calles del norte, por otro lado, grupos exaltados pidiendo la salida y el cierre de fronteras. El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que la migración es un derecho que tienen las personas. Específicamente dicta lo siguiente:
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Ahora bien, es labor de los Estados crear las políticas necesarias para poder abordar esta situación de la forma más adecuada. En este sentido, el Estado chileno no ha dado el ancho. La anquilosada legislación migratoria data de la dictadura y el actual gobierno de Sebastián Piñera ha dado manotazos de ahogado, con medidas que no satisfacen las necesidades actuales. La siguiente cronología da cuenta de cuáles han sido los principales hitos migratorios de nuestro país. Desde los primeros colonos hasta hoy.
La xenofobia es fruto de la ignorancia. Ignorancia del hecho innegable de que la migración ha nutrido a Chile. Un país que se dotó de intelectuales extranjeros para componer sus instituciones más tradicionales como la Universidad de Chile, de la que Andrés Bello (venezolano de nacimiento) fue rector. Quién además, fue el redactor de nuestro Código Civil. No demos cabida a la ignorancia. No debemos tolerar la xenofobia.