El 07 de Septiembre,a días de que se inicie el periodo de rendición de pruebas de las partes involucradas en la demanda civil en contra de la Iglesia, entablada por las víctimas del caso Karadima y a semanas de que comiencen también las declaraciones de los testigos, la defensa de las víctimas tuvo acceso a dos cartas,las cuales fueron obtenidas por la base online del diario «The clinic» – a través de un anónimo que las envió– donde se da cuenta del decisivo rol que cumplió el entonces Cardenal Francisco Javier Errázuriz cuando ocupaba el cargo más alto de la jerarquía de la Iglesia en Chile.
Dichas cartas dejan a la luz,el fuerte lazo afectivo que habría entre Errázurriz y el Cardenal Ricardo Ezzati,y como ambos impedieron que el sacerdote jesuita Felipe Berrios fuera capellán de La Moneda y que el denunciante en el caso Karadima, Juan Carlos Cruz, participara en la comisión contra abusos sexuales del Vaticano.
La noticia ha causado revuelo a nivel nacional,obteniendo respuestas inmediatas por parte del Arzobispado de Santiago,quienes se excusan diciendo que tienen «atribución canónica» sobre el nombramiento del capellán y que la situación de Cruz le compete netamente al Vaticano y por parte del sacerdote Berrios,quién indicó «encuentro tan triste una conversación así entre cardenales, debieran estar preocupados de cosas más importantes, no estar preocupados de una chimuchina».
