La presión de los conflictos en Siria, han desembocado en la inmigración de más de 300.000 personas sólo este año 2015 (años anteriores ha habido otras cifras), en donde el mundo entero ha tomado como participación en la acogida de sus inmigrantes, principalmente las zonas del norte de África, la Unión Europea y América Latina.
Esta crisis humanitaria que están viviendo los inmigrantes y su huida a los países que prestan ayuda no les asegura una mejoría en sus estilos de vida, si bien se alejaran de la guerra dentro de su propio país, deberán volver a empezar y a velar por su estabilidad económica y social en los países que los ha recibido. El problema es que muchos de estos países (en la Unión Europea, por ejemplo) están viviendo crisis económicas, donde el conflicto empieza a crecer más ya que las ocupaciones de trabajo se ven reducidas con la venida de los sirios. Es decir, la inmigración debe ser un tema de análisis ya que se deben tomar las medidas necesarias para la acogida de los inmigrantes, para no agravar más los problemas internos cualesquiera que sean dentro de los países que dan la bienvenida, teniendo así una forma de inclusión pareja y justa tanto para extranjero como para los nativos.
