Las primeras tiendas de ropa usada en Chile surgieron en Santiago en el año 1976 y esto marcó el inicio de esta tendencia, originalmente asociada a personas de bajos ingresos económicos, pero con el tiempo, el concepto vintage se ha convertido una parte de la moda de segunda mano, atrayendo a un público más amplio, en un contexto que es influenciado por la moda circular.
La moda circular se refiere a la práctica de adquirir ropa usada en lugar de comprar prendas nuevas, con el objetivo de reducir el impacto ambiental de la industria de la moda. Es relevante destacar que la moda circular promueve la reutilización, el reciclaje y la prolongación de la vida útil de las prendas de vestir, en contraposición al modelo lineal de usar y desechar.
Retro, vintage y ropa usada de Florencia HaverbeckEn los últimos años se ha masificado este fenómeno, entre los años 2015 y 2020 se registró un aumento del 80% en el consumo de ropa en Chile según un informe económico y comercial sobre el país en cuestión realizado por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Es por esto que existe un grupo de tiendas de segunda mano en Valdivia que luchan por destacar en un mercado monopolizado por marcas extranjeras como H&M, París, entre otras.
A pesar de no ser una ciudad tan grande, en términos geográficos, Valdivia acoge un potencial creativo importante en cuanto a la moda vintage ya que se considera como una forma de expresar la personalidad y ahorrar dinero. La diversidad de estilos y la búsqueda de diseños únicos es la motivación de los consumidores, quienes aspiran a destacar con ideas propias en un mercado saturado por la moda rápida (fast fashion).
Según datos de la ONU, la industria textil y de la moda se ubica como la segunda más contaminante a nivel global. Este conocimiento ha generado una mayor conciencia entre los jóvenes acerca de las implicaciones de sus elecciones de vestuario, lo que ha llevado a un creciente enfoque en la «sostenibilidad» como factor determinante al tomar decisiones relacionadas con la moda.
Las tiendas americanas son un importante proveedor de ropa vintage en Valdivia. Estas tiendas ofrecen una amplia variedad de ropa, desde prendas de vestir hasta accesorios. Todas las tiendas de segunda mano tienen un concepto diferente, desde tiendas con montañas de ropa con polvo, como también lugares donde seleccionan la ropa cuidadosamente y hacen una especie de curatoria, lo que implica que los precios en esos comercios sean más altos. Es por esto que algunos dueños de estas tiendas suelen ser personas apasionadas por la moda, tales como Katalina Toro y Fabio Rojas.
Katalina Toro, dueña de ‘ByKatts’ y estudiante de diseño en la Universidad Austral de Chile (UACh), dueña de una tienda de prendas de segunda mano, comentó que, «han llegado tiendas como H&M con ropa similares, y al ser una marca reconocida, el público tiende a comprarlas antes que a mí». Además agregó que, la lucha por destacar en un mercado saturado es real, pero para emprendedores apasionados como Toro, la moda de segunda mano no es solo un negocio, sino una declaración de principios.
Además, Fabio Rojas, fundador de ‘Delatico Vintage’, Con una perspectiva positiva sobre la sostenibilidad, Rojas busca romper con el paradigma del retail convencional. Su enfoque en la moda de segunda mano no solo abraza la sostenibilidad ambiental, sino que también desafía la lógica de repetición en la moda convencional. Rojas ha dirigido su enfoque hacia la moda de segunda mano, él comparte que, “si salimos de la lógica de retail de mall donde la ropa siempre se repite, ahí la ropa de segunda mano ayuda mucho, ya que se puede crear diseños nuevos, con prendas reutilizables”.
La moda de segunda mano en Valdivia va más allá de ser simplemente una opción de vestimenta; se ha transformado en un auténtico movimiento en constante crecimiento. Este fenómeno no solo se trata de encontrar prendas asequibles y estilizadas, sino que también encapsula la conciencia ambiental y el deseo de expresar la individualidad en un entorno donde las marcas internacionales a menudo imponen una uniformidad superficial. Los habitantes locales han abrazado esta tendencia como una forma de resistir la homogeneización del vestuario y, al mismo tiempo, contribuir a la sostenibilidad ambiental.
Este próspero movimiento no solo se manifiesta en las elecciones de vestuario, sino también en la respuesta emprendedora de locales visionarios. Con un esfuerzo deliberado por destacar esta tendencia, los emprendedores locales están desafiando las convenciones del mercado de la moda. En lugar de conformarse con las ofertas masivas de marcas internacionales de moda rápida, estos empresarios apasionados están ofreciendo a los consumidores una alternativa auténtica y sostenible. En un mundo saturado por la uniformidad y la producción en masa, estas tiendas de segunda mano se erigen como oasis de originalidad y responsabilidad ambiental, transformándose en verdaderos agentes de cambio en la escena de la moda local.