Uno de los conflictos más sangrientos e impunes que ha marcado la historia latinoamericana en el último tiempo es sin lugar a dudas la situación político-armada que afectó a Colombia por mas de 50 años y que enfrentó al Ejecutivo con las guerrillas armadas de la selva colombiana. Incontables atentados y acciones militares que dejaron como saldo miles de muertos son la prueba fehaciente de la memoria viva de Colombia, un país golpeado por la violencia, así lo evidencia su historia ya sea en este conflicto, como también en su lucha contra el narcotráfico, hasta los días de hoy.
El historial de muerte y violencia haría pensar a cualquiera que sólo mediante el apremio físico de los responsables se podría llegar a la paz, sin embargo, tras 52 años de conflicto armado y contra todos los pronósticos, hoy estos grupos paramilitares de guerrilleros que secuestraron y asesinaron a tantos, tienen la opción de acceder al legislativo colombiano mediante la conformación de un partido político en acuerdo con las negociaciones de paz llevadas por Santos -que le permitiera obtener el Nobel de la Paz en octubre del 2006- y Timochenko, Rodrigo Londoño, último líder de las FARC.