Por Gonzalo Madonado, Ignacio Márquez y Felipe Silva
El parque automotriz en Valdivia va en constante aumento, desde hace ya una década. El uso de vehículo particular en la ciudad, es la principal causa del gran atochamiento diario; esto debido a que la gente utiliza el automóvil de manera poco eficiente. Por una parte, los más jóvenes, por temas monetarios usan el transporte público (ya sea micro o colectivo) o la caminata, mientras que los de mayor edad prefieren el auto particular y el colectivo.
Una de las últimas encuestas realizadas por la Secretaría de Planificación de Transporte (SECTRA), arrojó que en Valdivia, la caminata se ha convertido en el medio de movilización más utilizado por las personas (273.355), dejando en segundo lugar al transporte privado (170.341).
En tercera posición, en tanto, aparece el transporte público (101.641). Por su parte, los lugares restantes del estudio lo completan el vehículo no motorizado (10.699) y el combinado (5.794).
Con respecto a las circunstancias del respectivo viaje, predominan «otros» (276.714), apartado donde se involucra una ida al supermercado, por ejemplo. Luego, asoma «trabajo» (161.245) y, por último, «estudio» (123.871).
Sinónimo de sedentarismo y congestión
A mediados del 2016, se produjo un importante incremento del parque de automóviles en la ciudad. Cerca de 40mil vehículos circulan en la capital regional, según consigna Radio Bío Bío.
En ese sentido, la Seremi de Transportes y Telecomunicaciones ha puesto en marcha el programa «Red Centro», que pretende agilizar la funcionalidad de los semáforos en los momentos donde exista una mayor congestión vehicular. Enfatizando en ésto último, el resultado ha dejado bastante que desear.
La difícil decisión de elegir la bicicleta
El uso de un transporte no convencional no es una decisión fácil , dado que implica pensar en todos los factores que puedan hacer posible esta forma de moverse, especialmente en una ciudad tan propensa a la lluvia como lo es la capital regional de Los Ríos. A veces no queda otra opción que tomarla con todos sus riesgos, más cuando el dinero no alcanza para el transporte público o para comprar un automóvil.
José Carrasco, usuario activo de la bicicleta, utiliza esta debido a la gran congestión vehicular de la ciudad, aunque también por temas económicos, cree que en el casco histórico al menos, sigue habiendo una gran irresponsabilidad por parte de quienes deciden usar el vehículo particular.
La ciclovía de Avenida Errázuriz es una de las últimas obras terminadas y comprende dos tramos: el primero entre Avenida Pedro Montt y General René Schneider y el segundo, entre calle Regidor Carrillo y Avenida Circunvalación. La habilitación de esta, junto a la prohibición para automóviles de estacionarse sobre las vías exclusivas para bicicletas, le dan a José, a sus colegas y pares que usan este medio de transporte, un espacio para moverse sin riesgo alguno.
Por otra parte, Eduardo Delgado, estudiante de Educación Física de la Universidad Austral de Chile, cuenta el por qué decidió usar la bicicleta.
Pero no todo es positivo al usar la bicicleta, también existen riesgos que dificultan moverse por la ciudad en este medio. Así lo cuenta el mismo Eduardo, quién este año sufrió un accidente que lo dejó con leves contusiones.
Más que un tramo, una red planificada
Las diferentes organizaciones ‘’pro-bicicleta’’ que se han creado en la ciudad, llevan varios años exigiendo y manifestándose por los espacios que cada año se van construyendo por las calles de Valdivia. Masa Crítica, Enbiciados y Activa Valdivia son algunas de las que más se han hecho presente en este proceso y han sido duros al momento de criticar el proceso de obras que ha puesto en marcha el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MITT) para la movilidad en la urbe.
La preferencia por el transporte público es en mayoría por las rutas que toma, las cuales conectan la periferia con el centro valdiviano. Pero aún así, implica un exhaustivo gasto monetario para el usuario. Octavio Henríquez, estudiante de la Universidad Austral de Chile, usa cotidianamente el transporte público, pero admite que también aprovecha las facilidades que entrega la universidad para el uso de bicicleta.
Los cambios de la movilidad en la ciudad, tiene una leve inclinación hacia el transporte público, y Otto Lührs, activista de Masa Crítica, cuenta a qué se debe este cambio, que a largo plazo se hará más evidente.
¿Logrará Valdivia transformarse en una ciudad ciclo-inclusiva? El proceso es lento, en especial cuando en paralelo, la ciudad se intenta posicionar y establecer como una capital regional fuerte, donde el empresariado influye en la planificación de obras que le darán desarrollo y un timbre único a Valdivia – o, mejor dicho, el centro de esta-. El rumbo a hacer la ciudad agradable con un transporte eficiente, agradable y sustentable, ha tenido altos y bajos a lo largo de la última década, desde la presentación de proyectos a su finalización.
La fragmentación del proceso de toma de decisiones en las diferentes unidades ejecutoras y normativas, impiden tener un real punto de vista sobre la problemática de este carácter. Una problemática que no se trata únicamente de cómo se mueve la población, sino que afecta directamente en la productividad y la calidad de vida de los ciudadanos que día a día se ven expuestos a accidentes, retrasos e incluso, enfermedades a causa del mal tiempo y mal aire.
Omar Sabat, alcalde de Valdivia, pretende buscar fórmulas para un mejor transporte y, así, una mejor calidad de vida. Más aún, el personero municipal, mediante Álvaro Palacios, asesor urbano del SECPLAN, realizó conexiones con distintos recintos educacionales de educación básica y media, intentando, a su vez, realizar charlas de intervenciones enfocadas en el ambiente.
Finalmente, se visualiza un buen futuro para Valdivia en el ámbito de las bicicletas. Esto, dado que hace un par de meses, específicamente en octubre, la Ilustre Municipalidad de la ciudad anunció un plan para fomentar el uso del transporte de dos ruedas, con el fin de disminuir los rangos de contaminación y la congestión vehicular, ítem del que se habló con anterioridad.
