Manuel Camus es un pequeño agricultor de la comuna de Romeral, en la región del Maule. Allí, detrás de su casa y junto a unos estanques con agua potable, lucen sedientos y lacios un centenar de guindales, enraizados –en no más de una hectárea– en una de las 10 comunas declaradas zona de emergencia agrícola, en la provincia de Curicó.
“Yo creo que a futuro los que tengan lucas van a seguir teniendo huertos”, dice Camus, quien junto a los demás pequeños agricultores de la comuna, deben turnarse el uso de las aguas que corren por el estero. “Tenemos que regar una vez por semana”, aún cuando lo recomendable “es regar cada cuatro días”, comenta el agricultor, quien reside en la misma región donde el ministro de agricultura es dueño de 525 hás. Plantadas de huertos de manzanos, cerezos y perales.
En consecuencia, los campesinos de la comuna deben compartir los derechos de agua del caudal que se origina en el Río Teno, mientras que a Antonio Walker, quien menciona ser “socio minoritario” de la Agropecuaria WAPRI S.A. (Walker Prieto), se le atribuye en su declaración de patrimonio, más de 29 mil litros de agua por segundo.
LA LEY DEL CHORREO
En el país, las grandes industrias gozan de un excesivo aprovechamiento del agua, siendo la industria forestal la que utiliza un 57% del total de esta en el país, seguida de la industria agrícola, con un 37%. La minera con 1.3%, el eléctrico y el industrial con 0,2%, y el pecuario con un 0,1%. Mientras que el agua para consumo humano solo alcanza el 2% del total, Según el informe de escenarios hídricos 2030.
Debido a lo anterior, sumado a la presión social ejercida desde el 18 de octubre en adelante por la ciudadanía, el senado decidió discutir el proyecto de ley que buscaba consagrar el agua como un bien de uso público. Sin embargo, dicha tramitación fue rechazada al no obtener el cuórum necesario, por lo que el intento legislativo para apalear la sequía quedó en nada.
No obstante, el gobierno destinó más de 5.000 millones de dólares a nivel nacional para combatirla , mientras que a nivel local, en la región del Maule, el gobierno regional presentó una inversión de 1.000 millones de pesos extras al presupuesto anual para hacer frente a la problemática.
Pero ¿La crisis hídrica se soluciona con dinero?, para Rodrigo Mundaca, vocero del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA), la respuesta es no. El ingeniero agrícola señala que el problema del agua es un problema estructural, y que si bien es cierto, “las soluciones tecnológicas pueden aminorar la falta de agua en los territorios, el problema es fundamentalmente político, es de propiedad”.
El alto grado de desigualdad que existe en el país con respecto al acceso al agua, “amenaza seriamente la agricultura familiar campesina”, declaró Mundaca. Pero no solo eso, sino que además “existen 38 mil familias que viven en el mundo rural, y que no tienen acceso al agua potable todos los días”, señaló el experto.
En Chile, cerca de la mitad de la población rural vive sin acceso a agua potable. Y aún más, solo el 15% de esta se abastece a través de camiones aljibe.
Lo anterior se explica por dos factores, tanto por la privatización del agua como la escases de esta. No obstante, en ambos casos el factor humano ha sido determinante en el desarrollo de esta trama que hoy afecta, según Mundaca, al 67% de la población chilena.
LEYES HÍDRICAS
El origen diplomático de la pugna por el agua se remonta a la promulgación de la Constitución Política de la República, pues en su artículo 19, numeral 24, se establece que “los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos y constituidos en conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos”.
En consecuencia, todo aquel que sea dueño de un espacio geográfico que incluya caudales dentro de su perímetro, podrá utilizarlos libremente para lo que estime conveniente. lo anterior permite a los dueños de las aguas incluso la posibilidad de lucrar con dicho bien, el cual –por lo demás– resulta ser de primera necesidad para vivir.
A esto se suma lo establecido en el código de aguas, el cual en su artículo seis señala que “el derecho de aprovechamiento sobre las aguas es de dominio de su titular, quien podrá gozar y disponer de el en conformidad a la ley”.
Este código es uno de los más particulares del mundo. A través de este, elaborado bajo dictadura militar, se aplica trato mercantil a las fuentes de aguas terrestres, lo que, sumado a esto la poca regularización, ha permitido que este negocio llene los bolsillos de distintas empresas y de sobreexplotar este valioso recurso. Si quieres conocer más detalles sobre el código de aguas revisa el siguiente video.
NI PARA REGAR NI PARA BEBER
“Chile es el único país del mundo que tiene privatizadas sus fuentes de agua y la gestión de las aguas”, manifestó Mundaca. “Yo vivo en la provincia de Petorca, donde el 70% de la población se abastece de agua a través de camiones aljibe”.
En la comuna de Romeral, existen cerca de 400 familias que se abastecen de agua potable a través de un camión aljibe municipal, y otras cerca de 500 familias que lo hacen a través de un camión facilitado por la gobernación, según detalló Carlos Ramos, encargado de emergencias de la Municipalidad de Romeral.
“Nosotros entregamos bajo esta modalidad 50 litros de agua por familia durante los siete días de la semana. Sea invierno, verano, feriado o no. Los camiones tienen que salir Igual”, afirmó Ramos. Sin embargo, Manuel Camus, quien además de verse afectado por la sequía, dijo que jamás tuvo agua potable en el sector donde vive. “Una vez el camión no pasó, y cuando lo hizo nos quedaban solo diez litros de agua”.
En un reportaje publicado por Ciper el año 2017 , quedó al descubierto el lucrativo negocio de los camiones aljibe, los cuales hasta la fecha de publicación del reportaje, se repartían ganancias de hasta 92 mil millones de pesos. Sin embargo, Mundaca aseguró con toda propiedad que en los últimos cinco años, el estado ha gastado “150 mil millones comprando agua dulce y arrendando camiones aljibes entre el Bio Bio, La Araucanía, Maule y Valparaíso».
SECOS
En la provincia de Curicó fueron declaradas zona de escases hídrica todas las comunas correspondientes al distrito, debido a que el caudal del Río Mataquito, principal fuente sostenedora de los pequeños y grandes agricultores, tiene un promedio de agua inferior al 20% .
“Chile viola sistemáticamente el derecho humano al agua priorizando la industria extractiva”, dice Mundaca, quien considera la campaña “Chile se Seca” impulsada por el ministro de agricultura como una campaña inmoral, pues, “Walker es un conspicuo productor de peras y manzanas en la región del maule”
El país se seca por el modelo de despojo que tiene”, señala Mundaca. Lo cual es palpable ante las situaciones que viven los pequeños agricultores de la comuna de Romeral.
Juan flores es apicultor hace más de 20 años, y comenta que “este es uno de los años más secos que hemos vivido”. Hace seis años atrás aproximadamente, “teníamos una cosecha de entre 80 y 90 kilos por colmena, pero ahora tenemos 5, máximo 15 kg”. Señala el apicultor.
Por su parte, Manuel Camus tuvo una cosecha “muy apresurada”, debido al temor de perder la fruta por la poca frecuencia con la que recibe agua. “todo es mucho mejor cuando hay agua, la fruta es más gruesa, tiene mejor calibre y sabor, pero este año no fue así”, comenta.
De esta forma, la falta de lluvia en el país y una política pública ineficiente, son causales para que Chile viva una crisis hídrica que no encuentra soluciones, y que cada año va empeorando más y más. Lo cual, en un gobierno neoliberal, en el que –por ley–, el agua puede ser interpretada como una mercancía y no como un bien de consumo, parece no ser tema de discusión, a pesar del perjuicio que está causando esta problemática en los pequeños agricultores.
Algunas de las soluciones que ha planteado el gobierno han sido racionar el agua y restringir su acceso. Sin embargo, no han sido medidas suficientes para apalear una problemática que, en lo diplomático, permite solo a unos pocos la administración del agua, y que en la practica se traduce en la desaparición caudales y napas subterráneas. En consecuencia, ganancias económicas a costa de la sed del pueblo.
Por: Rodrigo Muñoz. Lucas Brintrup, Daniel Soto y Marco Oyarzún