El sábado 7 de noviembre Yanira Amandla, defensora de la cultura afrodescendiente, se dirigió a la playa a relajarse y fue víctima directa de burlas, risas y menosprecios por su color de piel y su pelo afro. En este acto, se le acercó una persona a preguntarle si su cabello era real o una peluca, ella respondió diciendo que era su pelo natural. Para sorpresa de ella, esta persona era madre de una niña también afrodescendiente. Dejando en evidencia la desinformación en la que vive ella y en las familias que adoptan niños de raza negra en general en Chile. Es por esto que manifestó su descontento a través de redes sociales, mediante un video que hizo viral a través de su Instagram.
En cuanto a la adopción de niños y niñas negras en Chile, Yanira dijo que, «si ustedes se meten a Comunidad Haitiana Chile en Instagram, van a ver que hay un montón de casos de mamás haitianas que han perdido el contacto con su hijo y no saben nada porque han recibido denuncias de la vecina de al lado que le echaba el ojo a niño«.
El uso del afro, más allá de una cuestión estética, es totalmente rupturista. Puesto que las personas afrodescendientes han sido reprimidas desde el momento de la colonización, con la asimilación cultural. En este proceso los colonos impusieron su propia cultura, ejerciendo bloqueos sociales en ellos, por lo que tuvieron que asimilar la cultura dominante cortando o alisando su cabello para encajar en la sociedad.
Para entender esto, Amandla explicó que, «existen las corporalidades racializadas que viven un proceso difícil experiencialmente«. Al mismo tiempo, ejemplificó esta situación con la vivencia de los ciudadanos latinos en Estados Unidos y en países europeos, donde una población dominante o privilegiada toma selectivamente aspectos de una cultura minoritaria y oprimida, sin apreciar su valor cultural muchas veces reclamando autoría sobre los mismos, mercantilizando elementos de la cultura fomentando la estereotipación y desinformación de esta.
Escrito por Nicolás Orchard y Alexandra Santibañez