Violencia en establecimientos de la Región de Los Ríos aumentó un 63% desde la vuelta a la presencialidad
La mayoría de las problemáticas de este tipo, se han registrado en los liceos de la capital regional.
Por V. Bustos, J. Ceballos, F. Parada, D. Rosas, C. Tropa y V. Valdivia.
Durante el primer semestre del año 2022, se han evidenciado varios hechos de agresiones entre estudiantes de diversas instituciones escolares de Valdivia y a lo largo del país, lo que indica que no se trata de hechos aislados. El objetivo de esta investigación es tratar de demostrar que efectivamente aumentaron estas situaciones y que estas pueden tener, como una de sus causas fundamentales, la falta de educación presencial debido al encierro causado por la pandemia.
Carencias de la educación online
Durante los años 2020 y 2021 la pandemia en Chile vivió sus momentos más críticos, las clases se dejaron de realizar en los establecimientos educacionales para pasar a implementar las lecciones de manera remota. Una de las consecuencias de este abrupto cambio fue la pérdida de las múltiples ventajas que garantiza la educación presencial, tales como, contar con un espacio destinado a aprender, el apoyo de nutrición entregado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), la entrega de recursos de apoyo psicológico y bienestar, y el más importante, en opinión de la profesora Carmen Alvarado Santana del Liceo Técnico de Valdivia, las escuelas actúan como vehículos de socialización para los estudiantes.
Por estas razones, muchas personas creían que realizar el semestre de manera online no era una opción viable; de hecho, según una encuesta realizada la segunda quincena de abril 2020 de Pulso Ciudadano de Activa Reaserch, el 74,3% de las personas prefería que se suspendieran las clases remotas y se anulara el semestre.
La educación online fue un paso atrás para el ya carente sistema educacional chileno. Según el Centro de Estudios Mineduc (CEM), esta manera de hacer clases causó efectos directos en la vida de los estudiantes tales como estragos en el proceso de aprendizaje, aumento de tasas de deserción/exclusión escolar, disminución de los dispositivos de apoyo de la escuela al desarrollo integral, efectos en la salud mental y agobio docente. Además, produjo efectos indirectos y a largo plazo como son los impactos en las dinámicas y ambiente escolar, efectos económicos, aumento del trabajo infantil, alza de situaciones de violencia/abuso y crecimiento en brechas sociales.
Estos efectos adversos son claros indicios de las carencias de las clases remotas. La educación online ha demostrado ser ineficaz para contribuir al aprendizaje y bienestar de la comunidad escolar chilena, por distintos motivos, los cuales en su mayoría responden, como menciona la psicóloga educacional Magdalena González, a la falta de recursos destinados a la educación pública y la desigualdad inherente a la sociedad chilena.
La comunidad escolar en la vuelta a la presencialidad
El 22 de marzo del 2022 en dictamen del Ministerio de Educación (Mineduc) se puso fin a la educación telemática realizada durante 2 años a causa de la pandemia por el Coronavirus (COVID-19). En su primera instancia, en marzo del 2021 se implementó una modalidad híbrida (online-presencial) donde los profesores y alumnos requerían asistir a los establecimientos educacionales y a su vez realizar actividades vía web. Asimismo, la asistencia del alumnado no fue obligatoria durante el año escolar. Actualmente, el retorno a los establecimientos educacionales es obligatorio para toda la comunidad educativa, esto acompañado de las medidas de protección y prevención sanitaria respecto de la pandemia. Para los estudiantes el regreso a la jornada escolar, luego de realizar actividades de forma remota, se hizo sin tener una adecuada y gradual interacción con compañeros ni control desde la dirección de los establecimientos educacionales.
Según información que entregó el Mineduc, en el año 2020 sólo el 80% de los estudiantes a nivel país, utilizaron las herramientas de aprendizaje a distancia, tales como: clases online, videoconferencias, guías de trabajo, etc. Lo que provocó una brecha educativa en el alumnado que no tuvo acceso a estas vías de aprendizaje.
Estas problemáticas también se vieron reflejadas en los establecimientos educacionales de la ciudad de Valdivia, así lo afirmó Consuelo Ramos, presidenta del Centro General de Alumnos del Liceo Técnico de Valdivia, quién mencionó que “las dificultades se basaron más en los recursos socioeconómicos de los estudiantes, varios no tenían acceso a computadores o Internet para ingresar a las clases.”
Por otro lado, los dos años de encierro, afectaron de manera significativa la salud mental de los escolares, aumentando episodios de estrés y ansiedad. La vuelta a la presencialidad fue uno de los desafíos más importantes, debido a la falta de contacto que tuvieron los alumnos con sus pares. Así lo confirmó Magdalena González, quien mencionó que “la falta de contacto con los pares, la modificación de las dinámicas familiares producto del encierro, fueron factores afectaron a los estudiantes, quienes se han tenido que adaptar a estos nuevos cambios”.
Aumento de bullying en Los Ríos
Tras dos años de clases online, el retorno a la presencialidad era uno de los momentos más esperados por estudiantes y profesores, pero después de las primeras semanas de contacto e interacción física luego de dos años de virtualidad se ha notado un considerable aumento en los casos de violencia y bullying al interior de los establecimientos educacionales, tales como: Liceo Armando Robles Rivera, Instituto Comercial, Liceo Santa María de la Blanca, fueron algunos de los afectados en la región de Los Ríos.
Por definición, el bullying corresponde a cualquier forma de maltrato, hostigamiento o abuso, ya sea tanto físico como verbal o psicológico, que se produzcan al interior o fuera de los establecimientos educacionales, o bien, a través de la manipulación de redes sociales, es decir, acoso cibernético.
Si bien, esta problemática ha existido desde siempre y frente a estos casos existen ciertos protocolos de acción, tras la pandemia y el confinamiento pasó de ser tema poco tratado a algo cada vez más recurrente, hasta convertirse en un tópico alarmante para las autoridades y un tema ampliamente tratado por los medios de comunicación.
Los casos de acoso escolar presentes en el país antes de la pandemia rondaban, según el último informe nacional de “Bullying en establecimientos educacionales de Instituto Nacional de la Juventud (INJUV)”, en torno al 7,61% de jóvenes que ha sido intimidado o maltratado verbalmente con insultos, burlas o amenazas, y además un 41% ha vivido situaciones de exclusión y 33% ha sido intimidado físicamente.
En la actualidad, se demuestra en el tercer reporte de “Análisis de Resultados de Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Escolares en Pandemia: Aprendiendo desde la realidad nacional”, que un 48% de los establecimientos educacionales, de un universo de 1.231 centros educacionales chilenos, indicó que la situación de violencia escolar empeoró en el periodo que incluye hasta el mes de mayo del presente año.
En Valdivia, existe un porcentaje no menor de denuncias ingresadas a la Superintendencia de Educación, se informa sobre un aumento del 63% de denuncias por violencia escolar entre el primer trimestre del año 2019 y 2022 en la Región de Los Ríos.
Tras el confinamiento y el distanciamiento social, la comunidad escolar de la ciudad y todo el país se vio afectada por múltiples actos de violencia. En consecuencia, el gobierno actual, presentó a través del Mineduc, el programa “Seamos Comunidad”, que tiene como objetivo mejorar la convivencia escolar en establecimientos educacionales del país, por medio de visitas de especialistas a las 60 comunas más afectadas por la violencia escolar, durante este año 2022 y el 2023.