Por: Jennifer Müller y Williams Valdebenito
Un lugar de encuentro entre turistas y un lugar de trabajo para emprendedores valdivianos.
Valdivia es una ciudad que destaca por sus zonas costeras ricas en naturaleza, y también, por los lugares más céntricos aledaños al río donde a través de los años se han instalado distintos lugares en donde los valdivianos venden sus productos. Desde artesanía hasta la chacarería y los productos marinos más frescos de la zona, la feria fluvial Valdiviana destaca por ser un lugar de encuentro entre los ciudadanos y por su turismo durante todo el año, sobre todo en verano.
Tres espacios históricos de Valdivia son los cuales conforman hoy en día la zona típica: Feria Fluvial, Feria Persa y el Mercado Municipal. Estos lugares fueron considerados y declarados patrimonio cultural y zonas típicas chilenas por el decreto N°414 promulgado el año 2009 por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), bajo la premisa de su característica infraestructura en la localidad, la cual además ha permitido poder preservar y fomentar el turismo en la zona Valdiviana.
Todos los ciudadanos acuden a la feria fluvial en busca de productos frescos marinos para el consumo, como podemos ver en la siguiente fotografía, en donde dos señoras se encontraban conversando sobre dónde encontrar la mejor sierra ahumada de la zona.
Y es que, aparte de ser un lugar comercial abierto para todo público, no es tan sólo eso, es un punto de encuentro entre personas y familias. Cerca de esta feria, también se pueden encontrar distintos atractivos turísticos como los viajes en barco, los restaurantes con comidas frescas del mar e incluso el péndulo de la ciudad y un antiguo submarino en donde realizan tours para conocer más sobre su interior.
Ana Ruíz Soto, mujer de 66 años y trabajadora de la Feria Fluvial. Cuña extraída por Williams Valdebenito.
Contexto histórico
En la historia Chilena, la importancia de distintas prácticas en el intercambio cultural y social del ambiente comercial siempre ha sido clave para el desarrollo urbano y local en variados aspectos, sin olvidar su principal función dentro de cada ciudad, abastecer y proveer a sus habitantes.
Centrándonos en la destacada ciudad de Valdivia, su cultura comercial se remonta a la época prehispánica, en donde comunidades mapuches huilliches de la zona y colonizadores durante el periodo del siglo XVI y XVII se vieron en la obligación de generar esta dinámica de intercambio de productos, adaptándose a las distintas dificultades de la región.
El espacio y comercio de la feria fluvial Valdiviana se remonta a los años 1900, en donde se realizaban distintos tipos de comercios y negocios a la orilla del río, tal como se menciona en el artículo Los Ríos de Valdivia: algunas historias del territorio fluvial, ‘‘Numerosos barcos mercantes comenzarían a visitar la ciudad, importando mercancías de diversos lugares de Chile y el extranjero en la zona y también exportando los productos manufacturados de una naciente Valdivia industrial al mercado nacional e internacional, llegando a ser considerado en 1905, según las estadísticas de la época, el cuarto puerto en importancia del país.’’
En la literatura local y nacional también es mencionada la importancia del comercio local en la época colonial y como la variedad de productos que se intercambiaban y llegaban a la costa de Valdivia, lograron abastecer a diversas localidades de la región. Como rescatan Francisca Poblete y Marcia Egert en su libro “La Feria Fluvial: una historia de huilliches, colonos y chilenos”, en estas comunidades se trasladaban e intercambiaban diversos productos, desde las variadas manufacturas hasta todos los alimentos y cultivos agrícolas, además de los mariscos, pescados e incluso lanas de guanacos y llamas.
“La abundancia de pescado en el rio y en el puerto era el regalo de la ciudad; la abundancia se experimentaba en que cada semana entraban por el rio cien canoas cargadas de pescado, frutos de la tierra y legumbres, cada año diez, doce navíos, que abastecían, no solo la ciudad de Valdivia, sino las demás ciudades, de sedad, lienzos, palios, miel, azúcar, especies y todos los géneros necesarios para la vida humana… todas esas ciudades venían a comerciar a Valdivia, con que se hizo la más celebre ciudad de Chile” (Vicuña Mackenna, B. 1978. Historia general de el Reyno de Chile: Flandes Indiano: tomo 1. p. 464)
En la actualidad
A medida de la evidente urbanización y modernización, la necesidad de conservación de tradiciones culturales del comercio artesanal y local, han presentado un segundo plano ante la comercialización industrial en la modernidad. Si bien es cierto las actividades comerciales de estas áreas urbanas clásicas siguen latentes hasta la actualidad, hay gran parte del flujo de las compras de turistas y valdivianos en estos espacios que ha disminuido en frecuencia y habitualidad. La toma de medidas para atender las necesidades de trabajadores que siguen y seguirán estando presentes en la historia de Valdivia, es crucial.
Ana Ruíz Soto con respecto a la actualidad en la feria fluvial de Valdivia.
Carla Amtmann, alcaldesa de la comuna de Valdivia.
Reactivar e impulsar el comercio de la Feria Fluvial, Feria Persa y Mercado Municipal, debe realizarse en comunidad desde la educación y el reconocimiento a estos espacios, para así conseguir un mayor interés y apoyo en las mejorías de los problemas que atraviesa esta comunidad de vendedores.
¡Hacemos el llamado a preferir los productos de nuestra zona! y también a darle relevancia a la importancia de la educación sobre estos lugares, el fomento por parte de las autoridades hacia la ciudadanía para la visita de estas diversas zonas es primordial para poder preservar y mantener estos espacio históricos comerciales vivos, de los cuales viven cientos de valdivianos, quienes son los principales actores en la activación del comercio local y son, también, el principal motivo de visita extranjera en la ciudad de Valdivia.