Educación y tradición: jóvenes aprenden sobre medicina ancestral en Lanco 

Por Suemy Carvajal y Noelia Villegas

Las especies medicinales del pueblo mapuche, respaldadas por su eficacia para la salud y la evidencia científica, han influido significativamente en la medicina tradicional chilena. A diferencia de los medicamentos modernos, que a menudo contienen componentes desconocidos y vienen en cajas de cartón, la cosmovisión mapuche considera que los recursos naturales de la tierra son los principales aliados en la sanación.

¿Cómo integrar estos saberes ancestrales en un sistema medicinal convencional? Ante esto, el colegio Bernardo Felmer de Lanco ofrece un proyecto innovador, que rescata la medicina ancestral y ofrece productos naturales a la comunidad. Las carreras de Enfermería, Agronomía y Turismo se unen en un trabajo intergeneracional e interdisciplinario, para la producción de cosméticos y ungüentos aliviadores bajo el nombre de Lawen Mapu. Esto se realiza a través del huerto medicinal y la colaboración de la Lawentuchefe del territorio.

Dayana Grez, profesora de enfermería en el establecimiento, explicó también la necesidad de apuntar hacia una salud integral. La medicina no es solo biológica, sino también psicológica y social, por tanto Grez destaca el vínculo socio emotivo de este espacio educativo entre el estudiantado y la comunidad de Lanco. Su difusión se realiza mediante recorridos guiados, tarea del grupo de Turismo, así lo explicó Oscar Aravena, profesor de Agronomía del colegio Felmer.

Los jóvenes producen bálsamos labiales, ungüentos para desaparecer manchas, cremas hidratantes y cicatrizantes, barras masajeadoras, entre otros productos elaborados con la caléndula, el matico, el boldo y la murta, entre muchas más. Constanza Jerez, estudiante de cuarto año de Enfermería, afirma sentirse satisfecha con el trabajo realizado y lo aprendido en el camino.

Claudia Cisternas es docente del curso técnico de Enfermería y comentó los resultados de este proyecto. Este ya lleva dos años marchando y ha sido un buen ejercicio entre el grupo de estudiantes para conocer a la comunidad, aprender de los mayores y trabajar en equipo. La profesora también señaló que este fomento de productos naturales pretende crear conciencia del río Cruces y el porcentaje de fármacos que llegan a él por medio de los desechos humanos. 

Ahora aguardan el mes de octubre para la primera cosecha después de un lluvioso invierno que produjo inundaciones. Y, sobre todo, seguirán cultivando este conocimiento, para que no se pierda entre quienes vivimos rodeados de estas plantas, que ofrecen mucho más que decoración en nuestros hogares.