Escrito por Isidora Monje y Macarena Miranda
El acoso escolar, conocido como bullying, continúa siendo una preocupación significativa en Chile. Según la Superintendencia de Educación, durante 2023 se registraron más de 4,500 casos de bullying, lo que representa una disminución del 12% en comparación con el año anterior, pero aún así es la segunda cifra más alta en una década. Hasta la fecha, en 2024 se han contabilizado 385 denuncias.
Los datos muestran un aumento en los casos de acoso escolar tras el confinamiento por la pandemia de COVID-19. Esta tendencia ha llevado a la comunidad educativa a reflexionar sobre las causas y consecuencias del bullying en la infancia y adolescencia.
El bullying en niños de educación básica se caracteriza por episodios de maltrato que, aunque puedan parecer menos graves, comparten similitudes con los casos entre adolescentes. Sonia Mora, profesional del área, explica que los niños más pequeños a menudo no han desarrollado la empatía necesaria para comprender el sufrimiento ajeno, lo que puede llevar a comportamientos de acoso que ellos consideran juegos.
Denuncias y sanciones
La Ley de Violencia Escolar establece que cualquier miembro de la comunidad educativa que sea testigo de un caso de bullying debe reportarlo según las normas del centro. La falta de medidas adecuadas puede acarrear sanciones de hasta 50 UTM, duplicables en caso de reincidencia.
Mora destaca que las instituciones deben implementar protocolos claros y que, si no lo hacen, pueden ser sancionadas. Las víctimas también tienen la opción de presentar denuncias ante la Fiscalía o la Superintendencia de Educación.
El bullying sigue siendo un fenómeno complejo que requiere atención continua y la implementación de medidas efectivas para garantizar la seguridad y bienestar de todos los estudiantes en Chile.