El título alude a lo que dijo una vez Sebastián Piñera en el encuentro con el expresidente peruano, ahora condenado por lavado de activos, Ollanta Humala, como si no fuera obvio que los campamentos de antofagasta y calama no evidenciaran las pocas oportunidades que entrega el Estado para estar en condiciones menos precarias; como si las condiciones de los pescadores de Chiloe les permitiria competir con las industrias suecas que exportan cantidades exageradas de pescados y mariscos; o como si los impuestos entregados por todos los chilenos fueran equitativamente repartidos para mejorar las areas de la salud y la educación, y no el equipamiento militar.
La frase «hemos concordado que estamos en guerra, en guerra contra la pobreza (…) y esa guerra la vamos a dar mejor si nos unimos y si colaboramos» dicha por el ex mandatario fue entregada bajo el tratado internacional que buscaban iniciar Piñera y Humala en 2011 en las fronteras entre Chile y Perú para controlar el transporte de drogas y de delicuencia, atribuyendo estos actos la consecuencia de la pobreza.
Las políticas para combatir la probreza que se han aplicado en los gobiernos no han conseguido atacar el problema más básico que tiene que ver con la infancia vulnerable y las oportunidades que el Estado entrega para el ascenso social, y ante esto Piñera solo ha podido responder «nos estan tratando como en el Sename» porque el único plan que ha podido aplicar ha sido quitar a los más pobres de la ciudad enviandolos a las periferias a vivir en viviendas sociales.