Hace décadas, los tatuajes eran utilizados para marcar a las personas según el grupo social al que pertenecían y a las creencias religiosas o políticas que poseían. Socialmente, han sido considerados tanto una expresión artística como una práctica expresiva reservada para aquellos grupos transgresores, un signo de rebeldía o, inclusive, satanista.
En Chile, según el estudio «Los chilenos y los tatuajes«, realizado por GFK Adimark, un 17% de la población mayor de 15 años tendría al menos un tatuaje, 2.8 sería el número de tatuajes promedio que tendrían y 1 de cada 10 chilenos que no tendría tatuajes consideraría hacerse uno, equivaliendo a un 17% total.
Autores: Héctor Pérez; Sofía Coloma